Crónicas de la Estupidez
"Cree la mitad de lo que veas, y muy poco de lo que escuches"
Luis Fermín Anaya Medina
¿Cuántas veces hemos escuchado el dicho de "Dan pena ajena"? Bastantes con seguridad, y nunca serán suficientes.
Viene a colación lo anterior, porque no sólo da pena, sino rabia al escuchar las transmisiones de los juegos de Chivas por la radio, en 102.7 FM para ser precisos, y aquello es peor que un vomitivo.
Cronistas que intentan serlo, sin personalidad propia y conocimientos limitadísimos, no se diga de los "comentaristas", que ante la ineptitud, tratan de disfrazarla desviando la atención "divirtiendo", según ellos, al radioescucha con personajes estúpidos como Homero Simpson y otro que no dice nada.
Es, simplemente, la crónica de la estupidez.
Pero sucede porque ante su ambición desmedida, la directiva de Chivas cedió, por buen billete, claro, las transmisiones por radio, televisión e internet, así como el manejo de imagen, al Grupo Televisa en exclusiva.
Luego viene la prostitución del medio que acaba pudriendo la esencia del arte de la comunicación, y nadie dice nada, nadie levanta la mano para protestar o señalar.
Grandes cronistas y analistas en la historia del futbol como don Agustín González Escopeta, Fernando Marcos, Susano Santos Flores, Ángel Fernández, por señalar algunos, se volverían a morir con seguridad, al escuchar estas crónicas de la estupidez.
Esto se da gracias a que en los medios de comunicación sólo quieren llenar sus arcas de dinero, y se niegan a pagar lo que realmente vale un buen cronista y analista de calidad. Vil prostitución del medio.
¿Y en Chivas? ¡Bien, gracias! Nadie dice nada de las transmisiones estúpidas y ridículas que de sus juegos hace Televisa en radio, les vale menos que un serote de perro, quizá porque no tienen quién califique o cuide la calidad de sus transmisiones a través de los medios electrónicos, y esto también es grave, porque estaríamos hablando no sólo de crónicas de la estupidez, sino de confirmación de directivos estúpidos, que sólo ven dinero y descuidan la esencia.
Pero en fin, "no tiene la culpa el indio, sino quien se lo hace compadre", reza otro dicho. Y ahí que los aguanten y los escuchen quienes quieran conocer lo que es algo estúpido.
"Cree la mitad de lo que veas, y muy poco de lo que escuches"
Luis Fermín Anaya Medina
¿Cuántas veces hemos escuchado el dicho de "Dan pena ajena"? Bastantes con seguridad, y nunca serán suficientes.
Viene a colación lo anterior, porque no sólo da pena, sino rabia al escuchar las transmisiones de los juegos de Chivas por la radio, en 102.7 FM para ser precisos, y aquello es peor que un vomitivo.
Cronistas que intentan serlo, sin personalidad propia y conocimientos limitadísimos, no se diga de los "comentaristas", que ante la ineptitud, tratan de disfrazarla desviando la atención "divirtiendo", según ellos, al radioescucha con personajes estúpidos como Homero Simpson y otro que no dice nada.
Es, simplemente, la crónica de la estupidez.
Pero sucede porque ante su ambición desmedida, la directiva de Chivas cedió, por buen billete, claro, las transmisiones por radio, televisión e internet, así como el manejo de imagen, al Grupo Televisa en exclusiva.
Luego viene la prostitución del medio que acaba pudriendo la esencia del arte de la comunicación, y nadie dice nada, nadie levanta la mano para protestar o señalar.
Grandes cronistas y analistas en la historia del futbol como don Agustín González Escopeta, Fernando Marcos, Susano Santos Flores, Ángel Fernández, por señalar algunos, se volverían a morir con seguridad, al escuchar estas crónicas de la estupidez.
Esto se da gracias a que en los medios de comunicación sólo quieren llenar sus arcas de dinero, y se niegan a pagar lo que realmente vale un buen cronista y analista de calidad. Vil prostitución del medio.
¿Y en Chivas? ¡Bien, gracias! Nadie dice nada de las transmisiones estúpidas y ridículas que de sus juegos hace Televisa en radio, les vale menos que un serote de perro, quizá porque no tienen quién califique o cuide la calidad de sus transmisiones a través de los medios electrónicos, y esto también es grave, porque estaríamos hablando no sólo de crónicas de la estupidez, sino de confirmación de directivos estúpidos, que sólo ven dinero y descuidan la esencia.
Pero en fin, "no tiene la culpa el indio, sino quien se lo hace compadre", reza otro dicho. Y ahí que los aguanten y los escuchen quienes quieran conocer lo que es algo estúpido.
¿De qué sirve la experiencia acumulada de grandes cronistas y comentaristas, de su preparación?
Toma valor, hoy más que nunca, la frase de mi querido amigo Nacho González, un gran cronista y comentarista, punto aparte: "Cualquier pendejo habla de futbol, y peor los pendejos que los dejan agarrar un micrófono".
Y DEL ATLAS, ¿QUÉ OPINIÓN?
Toma valor, hoy más que nunca, la frase de mi querido amigo Nacho González, un gran cronista y comentarista, punto aparte: "Cualquier pendejo habla de futbol, y peor los pendejos que los dejan agarrar un micrófono".
Y DEL ATLAS, ¿QUÉ OPINIÓN?
En el club de los Zorros rojinegros, como en todas las cosas, el mal viene desde la cabeza. Y no sólo del ingeniero Fernando Acosta, sino de todo su cuerpo directivo, que nada más están viendo quién se descuida para tirarle mordidas.
Ese ha sido el eterno problema de los atlistas, que se preocupan más por figurar en lo individual, por la grilla interna, que por el equipo, y hoy, es día en que tienen descuidado y dando lástima un departamento del que fueron ejemplo de trabajo y su distinción de orgullo: las Fuerzas Básicas.
Podrán cambiar de entrenador cuantas veces quieran, pero están demostrando en la actualidad que no tienen la visión de saber elegir al adecuado, ni las contrataciones idóneas de jugadores, menos un proyecto fuerte, ambicioso, en sus Fuerzas Básicas que están urgidas de una reestructuración.
¿Por qué no dejarle este paquete a Gustavo Montoya, que lo está pidiendo a gritos? Y que se cuiden de los malos promotores, que también los están hundiendo.
Este torneo, por lo pronto, luce para otro de color rojinegro: es decir, de pocas satisfacciones, y cargado de sufrimientos. ¡A lo Atlas, pues!
Este torneo, por lo pronto, luce para otro de color rojinegro: es decir, de pocas satisfacciones, y cargado de sufrimientos. ¡A lo Atlas, pues!
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